La campaña de Amir Peretz proponía reformas sociales y aumento del salario mínimo para US$ 1.000.

El 28 de marzo se realizaron elecciones para el Parlamento de Israel y el resultado para la distribución de los 120 escaños fue el siguiente:

Partido
nº de escaños
Posición ideológica
Kadima
29
Centro Derecha
Partido Trabalhista
20
Centro Izquierda
Shas
12
Religioso
Likud
12
Derecha
Yisrael Lieberman
12
Extrema derecha
Partido dos Aposentados
7
N.I.
Judaísmo do Torah
6
Religioso (derecha)
Meretz
4
Izquierda
Outros
18
Otros

La abstención del 37% fue considerada elevada y no hubo la tradicional polaridad entre el Likud y el Partido Laborista, ya que el primero se dividió con la salida del ex primer ministro Ariel Sharon y su grupo, que crearon un nuevo partido político, el Kadima (Adelante). A su vez, los laboristas sustituyeron Simón Peres en la presidencia del partido por el ex presidente de la central sindical israelí Histradut, Amir Peretz. Después de la derrota interna, Peres también se unió al Kadima, Sharon sufrió un derrame cerebral, que lo incapacitó, y fue remplazado en el gobierno y en el partido por Ehud Olmert.

El cambio de dirección en el partido laborista, al rescatar sus posiciones socialdemócratas tradicionales, e incluso la aparición de partidos como el de los jubilados, el “Lechem” (Pan), hizo que los temas sociales tuvieran un gran destaque en el debate electoral, a pesar de las preocupaciones con el conflicto entre israelíes y palestinos, ante la nueva realidad de retirada unilateral de la Franja de Gaza y de la victoria electoral del Hamas. La campaña de Amir Peretz proponía reformas sociales y aumento del salario mínimo para US$ 1.000.

Actualmente, Israel gasta el 30% de su presupuesto en seguridad y solamente un 6% en políticas sociales. La tasa de desempleo de la población israelí es del 9% y el salario mínimo equivale a US$ 700. Entre 1990 y 2005, aumentó del 15 para el 20,5% el número de familias en Israel que viven por debajo de la línea de pobreza. Entre los ancianos, el porcentual alcanza el 25% y muchos de ellos sobreviven gracias a la caridad pública. Esto se debe en gran parte a las medidas económicas neoliberales adoptadas por Benjamín Netanyahu, cuando fue primer ministro antes del gobierno Sharon y después, cuando fue su ministro de finanzas.

El resultado para los laboristas fue bueno, pero la tarea de componer el nuevo gobierno le cabe al Kadima, que hizo su campaña defendiendo la propuesta de retirada de la ocupación israelí de parte de los territorios de Cisjordania, donde la población palestina es mayoritaria. De esta forma definiría unilateralmente las fronteras de Israel. Esta posición contaría con el apoyo de Estados Unidos, pero no atiende a las resoluciones de la ONU, no responde al problema de cerca de 2,5 millones de palestinos refugiados en el exterior y no toca en el tema de los presos políticos.

El nuevo gobierno será liderado por el primer ministro Olmert, que tiene 40 días a contar desde el anuncio oficial del resultado, para armar su gobierno. Para gobernar tendrá que contar con los laboristas. Por lo tanto, estos podrán ejercer una gran influencia sobre la política económica de Israel y el proceso de paz.

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